Martes, 28 de mayo de 2019

Las sillas no son para sentarse. La silla plantea al cuerpo la posibilidad de sentarse, que es otra cosa. Lo saben algunos cuerpos que, en vez de tomar asiento, elevan la silla como un elemento de danza. Las sillas se cuentan historias entre ellas, en las que siempre aparece el vacío. No, las sillas no son para sentarse. El fabricante de sillas trabaja de pie. Es como el agua, que no sirve para calmar la sed. Si la bebemos con esa intención es muy probable que muramos. Hay que dejar pasar el agua, dejar que baile con nuestra lengua, que su dulzura se compenetre con la nuestra.

Se nota que estoy muy contento con los resultados políticos de últimos político. Un poco más y estaré en el Barranco de Ourika.

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